El hombre es un animal político; eso fue lo que se ha malinterpretado
que dijo Aristóteles allá por los trescientos y tantos antes de Cristo. Pues
bien, la mar de veces he escuchado a todo mundo decir que el hombre es un
animal político, y solamente estoy de acuerdo en que el político es un animal,
al menos el político peruano, que más bien vendría a ser una subespecie
emparentada con las ratas, pero dejemos mis susceptibilidades un momento.
Mirando hacia el pasado del lenguaje, incluso siendo poco quisquillosos,
nos daremos cuenta los crasos errores de interpretaciones someras sobre lo que
significan ciertas cuestiones:
Cuestión número uno: “Homo” no significa animal, sino es más bien una
subespecie de los homínidos, un primate de orden superior cuyas últimas
especies fueron el neandertal (ya extinto) y el homo sapiens (o sea, tú, el que
está leyendo), aunque tampoco concuerdo en que seamos muy homo-sapiens; en fin,
en ningún momento se habla de un animal y menos aún, un político biológico.
Cuestión número dos y quizá más importante: La palabra política deriva
del griego politikós, que en primera acepción significa ciudadano o cívico;
entonces, no sé de dónde diablos sale eso de que aquella persona que se dedica
a estafar, engañar, mentir y mancillar, sobre el orden social… digo, que
aquella persona que se dedica a gobernar(¿?) viene a llamarse político; ahora
bien, está bien que ahora se le haya dado esa acepción, pero recordemos que ya
pasaron más de 2200 años desde que Aristóteles dijo Zoon Politikón, entonces ¿por
qué deben entenderlo como lo hacemos? Que los seres humanos son animales que se
dedica a la política.
Cuestión número tres: hablando del Zoon Politikón. Quizá alguien se
habrá dado cuenta de que muchos dicen “Homo politicus” hinchando el pecho de
puro y patético orgullo, lo que dijo Aristóteles no fue Homo Politicus, sino
Zoon politikón; pues recordemos que no son iguales, pues ya vimos que homo está
más cerca humano, y, que zoon más cerca a animal en general; claro que el
humano aún sigue dentro del orden animal, pero al final no es lo mismo decir
fruta que mango ¿no?, esto podría ser fundamental para la meditación que
estamos haciendo; pues bien, entonces sería valedera la observación que le hace
el maestro Unamuno a la frase esta del Zoon Politikón. No quiero pecar de
querer igualar al maestro en mi actual situación intelectual que bien podría
tratarse de un estado primitivo de la conciencia, pero, sí un estado muy
necesario; en fin, solo citemos al escritor de la Tía Tula, que también divagó
por estas cuestiones y que fue quien me abrió, en cierta forma, los ojos; pero
recordemos que no se puede abrir los ojos que no se tienen (esto para los
políticos actuales).
No hay comentarios:
Publicar un comentario